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lunes, 26 de septiembre de 2011

Es fácil no tener que elegir, y hacer de nuestras vidas una rutina: ir siempre por el mismo camino, nunca pegar un volantazo, nunca permitir una sorpresa…
Pero eso no es vivir, es el pánico que nos da tener que elegir. Siempre que tenemos opciones, hay que elegir y arriesgarse a jugársela por una sola opción, y siempre que elegimos, vamos a perder algo. El terror al abandono, a sufrir y arrepentirnos de nuestra elección puede ser nuestro peor enemigo, por eso no hay que tenerle miedo a las opciones. Aunque el miedo no es no saber lo que queremos, sino no estar seguros, porque si no dudamos, no probamos y no buscamos, nunca vamos a saber lo que queremos.

1 comentario:

  1. Que lindoooo blog! segui asi, un beso y muchisima suerteee :3 http://notodoesloqeparece.blogspot.com

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